reporteenegia.com.- La regulación de la energía debe encontrar un equilibrio entre sector  público y privado,  además de la responsabilidad  social y ambiental, con el fin de maximizar los beneficios para el usuario, señaló Carlos Peláez, miembro del Instituto de Derecho Energético y de Competencia (EWeRK), Universidad von Humboldt de Berlín.

Al respecto, el experto sugirió que para construir un marco regulatorio de energía debe tener política energética con objetivos definidos, un market design (¿Cuánto de mercado y cuánto de Estado?), además debe crear una normativa sectorial consensuada.

“Para ello, la entidad regulatoria debe ser altamente competente. Es importante que se aplique un sistema de control y correcciones pero con cumplimiento de objetivos, consultas y adecuaciones que se requieran”,enfatizó.

Este mecanismo de control es un instrumento que proviene del sector económico, pero aplicado al ordenamiento del área energética, explicó Peláez. “La regulación entonces se ha convertido en un anfibio jurídico económico y lo que busca en sí es el equilibrio del sector, que no es otra cosa que el equilibrio de intereses”, remarcó.

En este sentido explicó también donde se sitúa la regulación y cuáles son estos grupos de interés en el mercado eléctrico.En este punto señaló al Estado, la industria y los consumidores,  teniendo a la regulación al centro de ellos.

“La preocupación de muchas entidades reguladoras del mundo es la fuerte influencia del Gobierno y eso la tergiversa y distorsiona y no le permite funcionar correctamente”, lamentó el experto.

Asimismo, manifestó que el objetivo principal de la regulación debe ser  la materialización de la visión de la política energética de cualquier país.

En esta línea, recomendó ofrecer seguridad de suministro, eficiencia, precios justos, protección del consumidor y del medio ambiente. “Por lo tanto, para crear un modelo que nos ayude a salir adelante tenemos que entender la estructura de mercado eléctrico (generación, transmisión y distribución)”, indicó.

Por otro lado, explicó que en estos mercados existen diferentes problemáticas y cada una representa el objeto específico de la regulación.

De igual forma dio conocer que las variables o conflictos en estas áreas son clasificados en clásicos y nuevos. Los clásicos son los que surgieron en el siglo XIX no en  la teoría sino en la práctica, estos se denominan de libre acceso y nacen de una doctrina llamada Unbundling.

Ahora entre los nuevos elementos en la regulación se incluye la reducción de emisiones de CO2, energías renovables y la eficiencia energética.

A su vez, Peláez identificó los errores y los problemas comunes de la regulación, presentándose específicamente en la estructura normativa e institucional subdesarrollada, disociación entre norma y realidad económica, captura e intervención y la sobre regulación.

En este sentido, aconsejó fortalecer las instituciones, con una separación vertical efectiva, garantizar el acceso a redes regulando contratos estándar y asegurándose que las tarifas deben ser revisadas antes y no después de ser fijadas.

Finalmente, Peláez añadió que para diseñar la estructura de regulación es necesario considerar los criterios relevantes de este proceso, como son los técnicos y económicos, sumados a los aspectos geopolíticos y jurídicos.