Según el diario argentino Clarin, existe corrupción desde que se licitó la construcción hasta su ejecución en manos de Odebrecht, la obra de ampliación de los gasoductos norte y sur arrojó una diferencia de más de 800 millones de dólares (U$S).

El número figura en un informe que realizó el juzgado de Daniel Rafecas, donde se contabilizaron 72 pasos administrativos mediante los cuales se fueron modificando los costos de la obra. La justicia investiga el presunto sobreprecio y no descartan que la suma sea aún mayor: hay más de 16 fideicomisos, adendas, redeterminaciones de precios y pagos por fuera de estos mecanismos. El Gobierno, que rescindió la obra, no considera aún readjudicarla.

La empresa es investigada por corrupción y lavado de dinero.

El primer número oficial para el proyecto de la ampliación de la capacidad de transporte firme de gas, firmado con Cammesa y Albanesi, que subcontrataron a Odebrecht, fue de U$S 1.427 millones. Le siguieron 72 instancias administrativas, incluidas las adjudicaciones e intervención de la firma brasileña investigada por pagar sobornos en Argentina para obtener obras. La construcción ya en ejecución, tuvo un último número de U$S 2.300 millones, 873 millones más.

La variación del costo tuvo varias instancias. No sólo los pagos con fideicomisos, sino también las redeterminaciones de precios. “Se violó el monto original a través de la firma de adendas privadas que iban modificando los costos sin controles”, señaló una alta fuente del Gobierno.

Desde Odebrecht reiteraron que “no hubo sobreprecios en la obra. Los promedios están alineados con los precios internacionales y son inferiores a valores de otros contratos similares en Argentina”.

Texto: Redacción Central

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