Los geólogos dudan de que exista gas suficiente para el nuevo gasoducto que rediseña Pro Inversión. La crisis petrolera ensombrece el panorama.

Restan pocos meses para que se revele el nuevo trazo del gasoducto al sur, proyecto que se embrolla año tras año desde su gestación en el 2008 (por Kuntur). Para desembrollarlo, el Gobierno alista una nueva hoja de ruta que tomará en cuenta todas ‘las alternativas costo-económicas disponibles’.

“Se trata, básicamente, del Gasoducto Sur Peruano (GSP), pero mejorado”, ha señalado el viceministro de hidrocarburos, Eduardo Guevara.

El proyecto se redenomina ahora Sistema Integrado de Transporte de Gas Zona Sur, aunque no aporta certezas. ¿De qué se trata?, ¿cuánto gas transportará?, ¿el mismo o menos que el del fenecido GSP?

Pro Inversión y el Ministerio de Energía y Minas (MEM) deberán absolver estas dudas antes de fin de año, pero también tendrán que despejar dos interrogantes subyacentes para ambos lados del mercado: ¿habrá gas suficiente para el nuevo proyecto? y, aunque parezca repetitivo, ¿habrá demanda que lo justifique?

Exploración sin conclusión

Carlos Del Solar, ex presidente de la SNMPE, es enfático en señalar que no existen reservas suficientes de gas para atender el consumo de Lima, la exportación y el gasoducto del sur al mismo tiempo.

“Como geólogo, sé cómo calcular reservas. Además, conozco muy bien cómo se justifican estas para un gasoducto de más de 1.000 km debido a mi experiencia en Camisea. Por eso, afirmo que no hay gas suficiente, y Pro Inversión debería decir algo al respecto porque hasta ahora no menciona nada de reservas, cuando eso es lo principal”, afirma.

Por lo pronto, no es posible saber cuál será la capacidad de diseño que tendrá el nuevo gasoducto, pero una cosa sí es cierta: las múltiples dilaciones en el proyecto encuentran al sector hidrocarburos en la peor situación posible para atender las necesidades de suministro de gas.

 

Gráfico: MEM/Promigas/Perú-Petro

Gráfico: MEM/Promigas/Perú-Petro

 

Cuando el GSP se lanzó en el 2014, la industria hidrocarburífera iniciaba una larga crisis, pero mantenía el optimismo de poder brindar gas suficiente para el gasoducto al sur. Ahora, ya no.

“¿Hay gas para el gasoducto? La respuesta es muy relativa: lo hay, pero es muy poco. Por eso, no garantizo reservas importantes para el proyecto”, advierte Víctor Sanz, profesor de geología de la UNI y coordinador de la Reunión Mensual de Empresas Petroleras.

Las razones de esta percepción son varias: la crisis del sector, los altos costos logísticos de trabajar en la selva (debido al uso obligatorio de helicópteros) y los malos resultados.

En los últimos cuatro años, en efecto, todas las perforaciones exploratorias en la selva dieron resultados negativos: Hunt Oil en el lote 76 (pozo Dahuene), Repsol en el lote 57 (Mashira) y Pluspetrol en el lote 88 (Kimaro) fracasaron en hallar gas y debieron abandonar la exploración.

¿De dónde vendrá, entonces, la oferta de gas para el gasoducto?

Escenarios de oferta

Según el MEM, las primeras moléculas procederán del lote 88, donde hay disponibles 400 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) para el proyecto. Y, en segundo lugar, del lote 58, que desarrolla la china CNPC.

Dado que la mayor parte del gas del lote 88 está comprometido al mercado interno y la del 56 a la exportación, la oferta adicional deberá ser “el resultado de la exploración futura detonada por el gasoducto”, anota Luis Fernández, socio director de la consultora Gas Energy.

Gráfico: MEM/Promigas/Perú-Petro

Gráfico: MEM/Promigas/Perú-Petro

Pero, ¿será esto suficiente? Seferino Yesquen, presidente de Perú-Petro, asegura que sí, dependiendo del escenario.

Según sus cálculos, existen reservas para 20 años de operación comercial si, y solo si, la capacidad de transporte del gasoducto no supera los 500 mmpcd (suficiente para dotar de energía a las centrales térmicas de Ilo y Mollendo). El gas provendría, en este caso, de los lotes 88, 57 y 58.

El escenario cambia, empero, si el Gobierno decide mantener el diseño propuesto por Odebrecht: 1.500 mmcpd.“Para esa demanda ya no habría más reservas. Por eso, Perú-Petro está impulsando la reposición de reservas en exitosos proyectos de exploración”, explica Yesquen.

Pero, hay un problema adicional. Y es que tanto Del Solar como Sanz cuestionan la veracidad de la declaración de reservas de gas efectuada por CNPC en el lote 58. En opinión de ambos, la empresa china se apresuró.

“El gas del lote 58 no puede ser catalogado como reserva, porque solo se ha perforado un pozo exitoso y eso no justifica una declaración comercial. Además, las estructuras (reservorios) son pequeñas y necesitan ser desarrolladas, lo que tomará 4 o 5 años más”, refiere Sanz.

Si estos cuestionamientos se verifican, la incertidumbre en torno a si hay o no gas para el gasoducto se convertirá en una certeza incontrastable.

Con información y foto de El Comercio (Perú)