El especialista en temas mineros del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), Alfredo Zaconeta, identificó al menos cinco proyectos que, pese a su millonaria inversión, permanecen inconclusos, otros no funcionan a su capacidad y hay algunos que hasta el momento no se pudieron concretar pese a la apremiante necesidad para el país.
“La última década sirvió para plantear diferentes obras, con el objetivo de solucionar las limitaciones de la minería estatal, muchas de ellas pese a concretarse, no ingresaron en funcionamiento y otros funcionan de forma parcial”, manifestó Zaconeta a ANF.
Indicó que como hace décadas, el Gobierno reitera la importancia de contar con fundiciones para brindar valor agregado a la producción minera nacional y avanzar a la etapa de industrialización, pero esa realidad aún está lejos.
Los proyectos
El nuevo ingenio de la empresa minera Huanuni, Lucianita, con una inversión de 50 millones de dólares (MMdd) fue inaugurado el 5 de febrero de 2015 para tratar 3.000 toneladas de mineral al día, pero hasta la fecha no funciona por falta de carga, agua, dique y reservas probadas.
El gerente de la empresa Huanuni, Mario Felipez, dijo a ANF que la constructora del dique de colas debió entregar la obra el 9 de octubre para hacer las pruebas de funcionamiento del ingenio, pero hasta la fecha no lo hace, por lo que está sujeta a multas.
El horno Ausmelt de la empresa metalúrgica Vinto fue inaugurado en 2015 con una inversión de 39 MMdd y diseñado para tratar 18.000 toneladas de mineral.
La producción en 2017 llegó a 12.692 Toneladas Métricas Finas (TMF). El gerente de la metalúrgica anunció que la producción para esta gestión llegaría a 12.500 TMF, “muy lejos de las 18.000 TMF planteadas”, refirió Zaconeta.
La hidrometalúrgica de Coro Coro reinició actividades en 2009, con una capacidad para tratar hasta 3.000 TMF/año de cobre. La producción de cobre de Coro Coro el 2017 fue de 1.769 TMF. La capacidad de Coro Coro no es aprovechada al 100%.
“La producción nacional de cobre el año 2017 fue de 7.129 TMF, entonces cabe hacer notar que hay negligencia en hacer cumplir el artículo 173, numeral I de la Ley Minera (535) referida a la obligación de venta que señala: ‘Los actores productivos mineros y las comercializadoras ofrecerán obligatoriamente en venta sus minerales y concentrados de mineral, primero a fundiciones o refinerías estatales y luego a las privadas en el territorio nacional…”, señaló el especialista.
Karachipampa es otro de los proyectos muy publicitados por el gobierno para que el país ingrese a la era de la industrialización minera. Pese a las múltiples inversiones realizadas, “hasta el momento no se encuentra una solución técnica para poner en marcha esta fundición de plomo y plata. La última vez que se encendió el horno fue en 2015 y en noviembre de ese año se produjo una explosión”.
Sobre las refinerías de zinc, Zaconeta agregó que cuatro fueron los intentos y cuatro los fracasos para poner en marcha estos proyectos. “A lo largo de su historia, Bolivia ha sido considerada como país estañífero, sin embargo ahora somos un productor masivo de zinc”, apuntó.
En el año 2017 se produjo 503.675 (TMF) de zinc y se exportó 471.923 (TMF) por un valor de 1.351 millones de dólares. Hasta el momento el zinc no es refinado en el país por falta de fundiciones o refinadoras.
“Este hecho ocasiona que sus acompañantes (plata, plomo, cadmio, indio, renio y osmio) sean recuperados y son aprovechados en otros países de Asia, al cual exportamos el 2017 310.928 TMF de zinc”, remarcó Zaconeta.
Con información y foto de Página Siete
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