Para el desarrollo de energías alternativas en Bolivia se deben vencer dos barreras: por un lado el precio y por otro su ajuste en una normativa que necesita actualización con el ingreso de este tipo de fuentes energéticas.
Así concluyeron expertos en esta materia, consultados sobre los avances en la construcción de micro centrales hidroeléctricas, solar, eólico, geotérmico y biomasa, quienes observan un lento crecimiento, sin embargo destacan la realización de proyectos piloto.
Para el consultor de la cooperación técnica alemana GIZ, Michael Mechlinski, un punto específico de la generación de electricidad con energía solar y eólica es la volatilidad de estas fuentes.
Al respecto, señala que las normas existentes no toman en cuenta este aspecto, por tal motivo el precio que se paga por la electricidad generada por estas fuentes, solo será alrededor de 18 $us por megavatio hora (MWh). “En este sentido, se necesita algunos ajustes en las normativas”, remarca el experto.
Como referencia, el Decreto Supremo No. 2048 fue ratificado como mecanismo para compensar a esta diferencia, pero no es muy probable que estos fondos sean suficientes para todos los proyectos a futuro. También es muy importante calcular el costo de oportunidad que se puede reducir para el ahorro y exportación de los hidrocarburos.
Sin embargo, una barrera para las energías renovables en Bolivia, según Mechlinski, es el precio del gas. Explica que a comparación de otros países de la región, las plantas de energías renovables todavía generan electricidad a un costo mayor que una planta de gas. Bolivia también debe revisar la Ley de Electricidad del año 1994 e introducir los cambios necesarios para mejorar la posición de estas tecnologías, puesto que en esa época todavía no existían las energías renovables.
Respecto a esta revisión de la Ley de Electricidad que se planteó, Reporte Energía solicitó información al Ministerio de Hidrocarburos y Energía, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.
Para los analistas, el Gobierno puede incluir a diferentes actores que generan desechos agrícolas que son valiosos combustibles para que se involucren en la transición energética del país.
Al respecto de estos biocombustibles, Luis Barbery Paz, presidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz (Fepsc), señaló que entre las energías alternativas, la biomasa proveniente de la caña de azúcar es la que genera mayores volúmenes de energía eléctrica.
Por ejemplo, Guabirá Energía aporta con 20 MW al Sistema Interconectado Nacional (SIN). Unagro entrega 6 MW como autoproductor e incrementará en el corto plazo otros 30 MW.
Se indica que a mediano plazo la industria azucarera podría alcanzar unos 300 MW. La incorporación del etanol a la matriz energética permitiría además duplicar la generación de energía eléctrica a partir de la biomasa llegando a 600 MW, proyectó Barbery, a tiempo de demandar una Ley que incentive la inversión privada en energías alternativas.

Lizzett Vargas / Reporte Energía