La innovación en energía limpia requiere de un fuerte apoyo gubernamental así como también de incentivos para impulsar tanto la oferta de nuevas tecnologías como también la demanda por soluciones en este ámbito, señala un estudio impulsado por la CAF – Banco de Desarrollo de América Latina.

En el informe denominado ”Innovación en energía limpia en América Latina”, elaborado por Justin Miller, consultor en energía limpia para mercados emergentes en Nexant y Lisa Viscidi, directora del Programa de Energía, Cambio Climático e Industrias Extractivas del Diálogo Interamericano, se examina el desarrollo tecnológico en energía limpia en Brasil, México y Chile, que se encuentran entre los países latinoamericanos con mayor potencial para expandir la investigación y comercialización.
En este marco se indica que el respaldo de los gobiernos, ya sea mediante inversiones públicas en investigación y desarrollo, conglomerados de tecnología limpia o incentivos fiscales, es necesario para estimular a investigadores hacia la creación de nuevos productos y servicios.
A su vez se manifiesta que los gobiernos también pueden proveer incentivos para la creación de mercados domésticos de energía limpia mediante, por ejemplo, requisitos que exijan a los programas de contratación pública un nivel mínimo de insumos de tecnologías domésticas.
Si bien las administraciones estatales latinoamericanas invierten en investigación y desarrollo, estas inversiones siguen siendo bajas y no están dirigidas hacia las áreas más relevantes ni comercializables, se enfatiza.
“Nuestro informe demuestra que América Latina enfrenta numerosas barreras para el desarrollo de tecnologías de energía limpia. Entre ellas se encuentran el acceso al capital, los incentivos gubernamentales inadecuados y la falta de vínculos entre la industria y la academia”, destaca el informe.
A pesar de los desafíos, hay un gran potencial para el crecimiento en innovación de energía limpia en la región. Su geografía proporciona un abundante potencial natural para la energía renovable. La región también posee investigadores muy capacitados, como también instituciones de primer nivel que ya están desarrollando nuevas y prometedoras tecnologías, se afirma.
A su vez se subraya que América Latina ha sido pionero en tecnología dentro de ciertos nichos como por ejemplo en biomasa, y está innovando en la adaptación de tecnologías ya existentes para satisfacer condiciones locales. Las grandes economías de la región poseen un incentivo particular para promover la innovación local ya que sus compañías de energía limpia tendrían un amplio mercado potencial para sus bienes y servicios.
Para que las nuevas tecnologías sean aplicadas comercialmente, deben servir a las necesidades del mercado. Esto requiere de un esfuerzo por parte de los gobiernos y los investigadores para cuidadosamente coordinar sus trabajos con el sector privado y asegurarse de que las investigaciones realizadas en los laboratorios eventualmente conduzcan a productos o servicios comercialmente viables, se remarca.
Sin embargo, en América Latina suele haber una falta de comunicación entre la academia y los actores industriales, ya sean nacionales o extranjeros. Los investigadores suelen enfocarse en ciencia con una orientación académica en detrimento del desarrollo tecnológico con aplicaciones comerciales.
Asimismo, los investigadores en América Latina suelen solicitar patentes en sus propios países, pasando por alto la oportunidad de proteger sus innovaciones de mercados más desarrollados como los de Asia, los Estados Unidos o Europa.

Franco García / Reporte Energía